Instruir a un perro en la obediencia de comandos como "echate" o "siéntate" tiene un doble propósito: en primer lugar, establece tu autoridad y contribuye a tranquilizar a tu perro.

Cuando adoptes un perro, asegúrate de que tenga al menos 8 semanas de edad. En las primeras etapas, la madre y los hermanos del cachorro desempeñarán un papel importante en su adiestramiento. El comportamiento que aprenden incluye compartir, tolerancia, dominio y sumisión. Durante el juego entre cachorros, se enseñan a moderar la fuerza de sus mordidas. Si un cachorro muerde demasiado fuerte, su hermano se retirará y se lamerá la herida, lo que enseña al mordedor a ser más cuidadoso. Este proceso natural se llama "inhibición de mordida".

Las sesiones de juego son esenciales para que los perros adquieran experiencia, ya que les permiten socializar con otros de su especie y establecer su posición en la jerarquía social.

Los humanos pueden utilizar un enfoque similar al jugar con cachorros. Si el cachorro te muerde durante el juego, retírate y emite un "¡ouch!" para indicar que se comportó de manera inapropiada. Luego, ignora al cachorro durante unos minutos. Para continuar el juego, pide al cachorro que se siente, lo que refuerza tu liderazgo antes de reanudar la diversión.

Cuando adoptes a un perro de un refugio, es posible que no haya tenido suficiente tiempo con su madre y camada. En ese caso, necesitarás ser paciente y dedicar más esfuerzo al entrenamiento. Sin embargo, ningún perro es imposible de adiestrar.

Es importante permitir que tu perro interactúe con invitados para mejorar sus habilidades sociales. Invita a amigos y niños a tu hogar para que el perro se familiarice con diferentes personas. Durante estas interacciones, puedes enseñarle comandos básicos, recompensándolo por su obediencia. Esto ayuda a que el perro confíe en las personas y se sienta cómodo en situaciones como visitas al veterinario.

Cuando presentes a tu perro a otros perros, ya sea en casa o en un parque para perros, mantén a los perros con correa al principio para garantizar una interacción segura. Las citas de juego son valiosas oportunidades para aprender a socializar y establecer jerarquías.

Identificar y corregir problemas de comportamiento es esencial. Evita reforzar conductas negativas, como elevar la voz ante ladridos constantes o acariciar a un perro asustado o agresivo, ya que esto puede perpetuar dichos comportamientos.

Conocer comandos básicos como "sentado," "quieto" y "échate" es fundamental. Estos comandos no solo refuerzan tu liderazgo, sino que también ayudan a calmar al perro y controlar su comportamiento cuando llegan visitas u otras situaciones.

Sigue estos consejos para criar a un perro bien educado y obediente.