¿Quién no ha oído más de una estas afirmaciones? "Los gatos son ariscos e independientes y no necesitan que les prestemos atención. No hay que sacarlos ni entretenerlos ni darles cariño".  Pues es TOTALMENTE FALSO. Como ya hemos señalado en otras ocasiones, los gatos también buscan mimos y quieren jugar con nosotros, aunque sean ellos los que marquen los tiempos.

Pretender educar a un gato podría resultar complicado si no te asesoras correctamente y lo más importante, ¡te armas de paciencia!; por ese motivo, en el caso de estas mascotas los juegos buscan estimular sentidos como el de caza, favorecer la coordinación motora, reducir el sobrepeso, establecer vínculos con la familia humana y, sobre todo, entretenerlos. Por esta razón, recogemos aquí una lista de tres juegos para practicar con nuestro amigo felino.

Pelotas sorpresas

Los gatos no suelen perseguir pelotas, pero sí les gusta curiosear objetos que se mueven. Y si hacen ruidos, mejor. Además de por las telas, tienen predilección por el papel. Así que un juego casero y sencillo podría ser envolver con papel una pelota y dejarla rodar por suelo. De este modo, además del papel, sentirán interés en perseguir el objeto para arañarlo y desarrollarán su instinto de caza, que muchos no tienen porque han nacido y se han criado en un hogar.

Cajas para jugar al escondite

Además del papel, los gatos disfrutan mucho con las cajas, ya sean de cartón o de plástico. Les incita a curiosear en ellas, a meterse para aislarse de los demás, a buscar seguridad y sosiego y a hacer ejercicio. Para ello, podemos amontonar varias para que él entre y salga. Si son de cartón, podemos, además, abrir huecos por los que comunicarían dichas cajas. De este modo, el animal puede moverse dentro de ellas y permanecer dentro de su escondite durante horas.

El gato y el ratón

Si tenemos un palito o una varita, podemos enganchar con una cuerda un pequeño peluche, muñeco de goma o un rollo de papen higiénico y enseñárselo al minino para que quiera perseguirlo y juegue a capturarlo. Además de evitar el sobrepeso, habitual en los animales castrados, se aviva el instinto de caza y es una manera de conseguir que obedezca órdenes sencillas, marcar pautas y reforzar el vínculo con el humano.

Como veis, son juguetes sencillos, con objetos que todos tenemos en casa, fáciles de hacer y baratos, que ayudarán a nuestro amigo. Si además incluimos una chuche en la ecuación (dentro de las cajas, por ejemplo) la diversión felina estará asegurada.